viernes, 14 de octubre de 2011

Cuando Octubre derramó sus lágrimas

Era una tarde triste para muchos
el cielo gris, un frío entumecedor,
desde mi ventana podía ver como la gente en forma desesperada entraban a su hogar
La lluvia se venia

(...)
Tras varios minutos de sucesos que ocurrían en mi vida (discusiones, gritos, cansancio, sueño,
lágrimas, desesperación, estudios, alegrías (?), esperanzas), la noche comenzaba a caer, las 
luces del hogar comenzaban a apagarse y un suave sonido se sentía en el techo.
Tras sentir ese silencio abrumador en mi hogar, tomé un abrigo y salí sin rumbo fijo.

Detenerse en medio de la calle, elevar tu cara y sentir como la lluvia caen sobre ella, es una sensación única

Sentir la lluvia y recordar aquellos dolores, aquellas penas, aquellos momentos que quisiéramos olvidar
y estar empapada, sentir como la ropa se apega a mi piel y no saber si estoy llorando o es lluvia que recorre mi rostro.
Camino y camino y siento ese viento fugaz que logra penetrar mi piel, me quema, me destruye, me consume.
Y mientras todos duermen en el barrio, sola recorro sus calles, tratando de sanarme interiormente.
Y que raro no? Lluvia en Octubre, quien iba a esperar esto?
Tal vez esa noche el cielo lloró
No fue por mi
Ni por todos nosotros
Fue simplemente porque al igual que yo necesitaba sanarse interiormente (...)





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